¿Qué es "correr hacia el fracaso"?

El mantenimiento hasta el fallo, también conocido como mantenimiento reactivo, es una estrategia en la que el equipo y la maquinaria funcionan hasta que fallan, momento en el que se realizan reparaciones o sustituciones. Este enfoque suele emplearse para activos no críticos o cuando el coste del mantenimiento preventivo supera los beneficios. Aunque el mantenimiento hasta el fallo puede dar lugar a mayores tiempos de inactividad y costes de reparación, puede ser una estrategia adecuada cuando se aplica a los equipos adecuados en situaciones específicas.

¿Cuándo tiene sentido una estrategia de mantenimiento hasta el fallo?

El mantenimiento "run to failure" funciona mejor para los activos de corta duración, desechables y de baja criticidad que tienen un efecto menor en la producción. El método "run to failure" tiene sentido en los casos en los que el coste de las reparaciones tras una avería es bastante bajo, lo que suele ocurrir con los artículos de un solo uso, como las bombillas, los neumáticos de los vehículos y la señalización.

¿Qué es un ejemplo de mantenimiento hasta el fallo?

El mantenimiento hasta el fallo se utiliza a menudo para los equipos industriales no críticos que ya tienen redundancias incorporadas. En estos casos, el coste y el tiempo asociados a la reparación o la sustitución del equipo son menores que el coste y el tiempo asociados a la aplicación de la supervisión proactiva en ese equipo.

Un ejemplo sencillo de RTF es la sustitución de bombillas. Una sola bombilla (o incluso varias) que se apague no detendrá la producción, y hay suficientes bombillas para proporcionar una iluminación adecuada hasta que se sustituya la bombilla muerta. Además, es bastante sencillo y rentable tener repuestos a mano. En consecuencia, la mejor estrategia es simplemente sustituir las bombillas cuando se han fundido.

Las ventajas de correr hasta el fracaso

Una estrategia de funcionamiento hasta el fallo se entiende fácilmente a pesar de la falta de mantenimiento programado. Basta con tener una conversación sobre los flujos de valor para visualizar cómo están conectados los activos específicos en la cadena de suministro. Dependiendo de la modalidad, se puede ejecutar una falla funcional para programar los reemplazos con anticipación, simplemente siguiendo las prácticas de MRO.

La mitad de la batalla consiste en contar con personas cualificadas que supervisen los sensores para eliminar la mayoría de los errores de los operarios. A cambio, no dedicarán demasiado tiempo al mantenimiento predictivo y podrán gestionar la degradación de las unidades desgastadas. La otra mitad es conseguir que los técnicos reaccionen rápidamente ante los fallos de los activos siguiendo las indicaciones adecuadas.

En el caso de las órdenes de trabajo relacionadas, su equipo estará preparado para realizar el RTF mediante la obtención de los materiales y la presentación de una lista de comprobación personalizada de las acciones realizadas. Esto le ayudará a alcanzar más rápidamente sus objetivos trimestrales de producción y ventas.

Las desventajas de correr hacia el fracaso

Por el contrario, una estrategia de mantenimiento hasta el fallo está mal preparada para hacer frente a las solicitudes de mantenimiento a largo plazo. Este enfoque tiene algunos inconvenientes importantes. Por un lado, con la estrategia "run to failure", no se puede predecir cuándo va a fallar un activo, por lo que se corre el riesgo de que falle en un momento inoportuno.

Por ejemplo, es posible que no disponga de los recursos o las piezas necesarias para solucionar el problema, lo que provocaría un tiempo de inactividad prolongado. Para evitar quedarse sin piezas de repuesto, tendrá que mantener un mayor inventario de piezas de repuesto, lo que significa gastar más dinero por adelantado y utilizar un valioso espacio de almacén para guardar las piezas. Depender en exceso de la RTF también puede suponer un aumento de los costes, ya que hay que sustituir los componentes con frecuencia y los activos corren un mayor riesgo de sufrir daños.

Por qué es hora de pasar de una estrategia de mantenimiento reactiva a una proactiva

La mayoría de los equipos de producción se están alejando de una mentalidad reactiva y están pasando a estrategias de mantenimiento proactivas, como el mantenimiento centrado en la fiabilidad y el mantenimiento basado en la condición, especialmente para sus activos más críticos. El mantenimiento hasta el fallo puede seguir teniendo un lugar en su estrategia global de mantenimiento, pero sólo para los activos no críticos. Este tipo de enfoque le permite ahorrar tiempo y costes en las piezas no críticas, al tiempo que concentra sus recursos en garantizar la fiabilidad de sus activos más importantes: los que no pueden fallar inesperadamente sin un impacto importante en sus operaciones y en sus resultados.